Un día, un día nada más. No me puedo creer que ya piense en ti cuando me voy a dormir, ¿Por qué? ¿Por qué tienes que gustarme tan pronto? Más el castigo de verte todos los días. Porque donde tu me ves sonriendo y contestandote de manera amable, por dentro estoy muriéndome. Que si te pongo ojitos es porque me salen solos. Que no puedo evitar mandarte alguna indirecta... Pero es que soy así. Y sin embargo luego cálculo todo para que no pienses que estoy por ti, excusando cada palabra... Llega hasta tal punto que siento que no soy yo. Que ya no se si ir de amiga como sino haya pasado nada o si ir de malas y contestarte lo mínimo. Cada día pienso algo distinto. De repente estoy bien contigo y puedo ser amable y al momento me acuerdo de que lo nuestro es imposible y vuelvo a ser repulsiva y fría. No quiero esto. Y sé que tu tampoco.
jueves, 22 de agosto de 2013
No quiero necesitarte, porque no puedo tenerte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario